Guerras de Silesia

Guerras de Silesia
Parte de Rivalidad Austria-Prusia, guerra de sucesión austríaca y guerra de los Siete Años

Los territorios de Europa Central en 1756, el Reino de Prusia (azul-verde) y la Monarquía de los Habsburgo (rojo), después de la toma de Silesia por Prusia en la primera guerra de Silesia.
Fecha 1740-1763
Lugar Europa Central
Resultado Victoria prusiana
Cambios territoriales El Imperio Habsburgo cede la mayoría del territorio de Silesia a Prusia
Beligerantes
Prusia Imperio Habsburgo
Electorado de Sajonia (Segunda y tercera)
Rusia (Tercera)
Francia (Tercera)
Comandantes
Federico II de Prusia María Teresa I de Austria
Augusto III de Polonia
Isabel I de Rusia
Luis XV de Francia

Las guerras de Silesia (en alemán: Schlesische Kriege) fueron tres guerras libradas a mediados del siglo XVIII entre Prusia —bajo el reinado de Federico II el Grande— y el Imperio Habsburgo —bajo el gobierno de la archiduquesa María Teresa— por el control de la región centroeuropea de Silesia —ahora en el suroeste de Polonia—. La primera (1740-1742) y la segunda (1744-1745) guerras de Silesia formaron parte de la guerra de sucesión austriaca, en la que Prusia actuó como un miembro de una coalición que buscaba ganancias territoriales a costa de Austria. La tercera guerra de Silesia (1756-1763) fue uno de los escenarios de la guerra de los Siete Años, en la que Austria, a su vez, encabezó una coalición junto a otras potencias con el objetivo de apoderarse del territorio prusiano.

Ningún suceso en particular desencadenó las guerras. Prusia mencionó sus reclamaciones dinásticas de siglos anteriores sobre partes de Silesia como un casus belli, pero la Realpolitik y los factores geoestratégicos también desempeñaron un papel en la provocación del conflicto. La disputada sucesión de María Teresa a la Casa de los Habsburgo bajo la Pragmática Sanción de 1713 brindó una oportunidad para que Prusia se fortaleciera en relación con rivales regionales como Sajonia y Baviera.

En general, se considera que las tres guerras terminaron con victorias prusianas. La primera resultó en la cesión por parte de Austria de la mayoría de Silesia a Prusia. Esta última emergió de las guerras de Silesia como una nueva gran potencia europea y el estado dominante de la Alemania protestante, mientras que la derrota de la Austria católica por una potencia alemana a priori más débil dañó significativamente el prestigio de la Casa de Habsburgo. El conflicto sobre Silesia presagió una lucha austro-prusiana más amplia por la hegemonía sobre los pueblos de habla alemana, que luego culminó en la guerra austro-prusiana de 1866.


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